Hace unos años (cuando tenía 31 años y estaba embarazada de mi tercer hijo) tuve un despertar de mi consciencia.
Fue un momento en el que sentí que había nacido una nueva Yo, una más auténtica, más… Yo.
Fue un momento de autodescubrimiento porque empecé a descubrir y percibir mis sentidos, mi voz interna, la de mi alma, con la que yo Sí me sentía identificada, con la que, a cada paso que daba, más me iba descubriendo y conectando con quien soy en realidad.
Esto es todo un reto, ya que, el sistema en el que vivimos, constantemente nos quiere llevar a una vida de completa desconexión del ser, en la que nos convertimos en autómatas, seres desconectados de nosotros mismos, dejándonos llevar por la corriente, por patrones aprendidos y por lo que hemos asumido que se espera de nosotras.
Y dentro de ese sistema hay otros muchos sistemas, como el familiar o cualquier entorno en el que nos movemos, que constantemente están ejerciendo una influencia en nosotras, en la manera de pensar, sentir y actuar.
El caso es que, la vida tal y como la conocemos ahora, con sus múltiples responsabilidades y desafíos, puede llevarnos a perder lo más valioso que tenemos, la conexión con nuestra esencia.
Este fenómeno, puede ocurrirle a cualquiera en general, pero, sí es cierto que, es aún más común entre mujeres que, además, son madres.
Puede que te encuentres haciendo malabares entre tu vida profesional y ser mamá presente, entre ser ama de casa a tiempo completo y atender las necesidades de toda la familia, entre ser mamá sola y atender todas las anteriores al mismo tiempo…
Sin importar cuál sea tu situación, es vital que encuentres formas de reconectar con tu ser más profundo. ¿Por qué? Porque sólo cuando estás conectada a tu verdad, a tu esencia, puedes ser una mujer libre de elegir tu propio camino en coherencia a quién eres realmente, y no a lo que otros esperan que seas, a tomar decisiones alineadas a los deseos de tu alma y no por obligación o miedo al juicio externo, a ser esa mujer que quieres ser, una mujer libre, auténtica, que se ama a sí misma y ama su vida y por tanto que atrae a su vida abundancia económica, amor y salud.
Esto no sólo es posible, sino que es lo que has venido a hacer en este mundo.
Aquí te dejo una guía práctica para empezar a dar esos pasos hacia tu interior, a conectar con tu esencia:
- Dedica Tiempo a la Introspección
Para conectar con tu esencia, es fundamental reservar tiempo para la introspección. Esto puede lograrse a través de prácticas como la meditación, el journaling (escribir un diario) o simplemente pasando unos minutos en silencio cada día. Pregúntate a ti misma: ¿Qué me hace feliz? ¿Cuáles son mis verdaderas pasiones y deseos?
Reflexionar sobre estas preguntas serán una guía con la que paso a paso conseguirás redescubrir aspectos de ti que incluso has olvidado.
Hazlo, hasta que se convierta en un hábito en ti. De manera que, cada vez que te levantes, lo primero sea preguntarte: ¿Qué desea mi alma hoy?
Cada vez que debas tomar una decisión te preguntes a ti, a tu alma, yo superior, como más te guste llamarle, y percibas qué te transmite tu alma a través de sensaciones corporales, si sientes paz o lo contrario cuando piensas en una posible solución. También puede ser a través de imágenes en tu mente o paquete de información como le llamo yo (algo que te llega aunque te cuesta expresar en palabras cómo lo sabes, simplemente lo sabes), incluso olores, ya que así es como te conectas, por ahí es el camino a seguir.
- Cultiva la Autoexpresión Creativa
La creatividad es una magnífica vía poderosa para conectarte con tu esencia.
Dedica tiempo a actividades que te permitan expresarte libremente, como pintar, escribir, bailar, cantar, cocinar o cualquier otra manera que te atraiga. No se trata de crear obras maestras, sino de permitirte explorar, estar presente contigo aquí y ahora y a canalizar, liberando y abrazando, tus emociones y pensamientos más profundos sin juicio ninguno.
- Practica el Cuidado Personal
El cuidado personal va más allá de las rutinas de belleza; se trata de atender tus necesidades físicas, emocionales y mentales. Esto incluye hacer aquello que sabes que tu cuerpo necesita: descansar adecuadamente, alimentarte bien, hacer ejercicio y buscar actividades que te relajen y te llenen de energía positiva. Recuerda que cuidar de ti misma no es egoísta, sino un acto de amor y generosidad. Cuidar de tu bienestar te beneficia a ti y también a quienes te rodean, ya que sólo cuidándote podrás dar el 100% y vivir tu mejor versión.
- Encuentra Espacios de Conexión con la Naturaleza
Pasar tiempo en la naturaleza puede ser profundamente restaurador y revitalizante.
Los entornos naturales nos permiten desconectarnos del ruido y las distracciones diarias, dejar a un lado todo lo externo, brindándonos la oportunidad de conectar con nuestro ser interior como si nos metieramos en una cápsula de paz y de calma por unos momentos.
Puede ser un paseo por el parque o jardín. Aprovecha para descalzarte y recargarte con la energía de madre tierra ya que ella absorbe toda la tensión que hayas acumulado y te la devuelve en forma de energía limpia y pura.
Dependiendo donde vivas, puedes dar una caminata en el bosque o por la montaña o una visita a la playa. Incluso, para esos días en los que te cuesta salir, puedes simplemente sacar la cabeza por la ventana desde tu casa, cerrar los ojos y respirar profundo mientras el sol acaricia tu rostro y disfrutar esos minutos de recarga al sol apreciando y agradeciendo su maravillosa energía y su luz.
Para que veas que no existen las excusas. Echa mano de lo que tengas ahí donde vives.
El contacto con la naturaleza recarga tu espíritu y te reconecta con tu esencia.
- Redefine tus Metas y Prioridades
A lo largo de la vida, nuestras metas y prioridades pueden cambiar y eso para nada es malo, de hecho el cambio, es muy sano y en ocasiones necesario, ya que la vida misma está en continuo y constante cambio, y nosotros tenemos y debemos cambiar a medida que vamos transformándonos y creciendo a un siguiente nivel de conciencia.
Tómate el tiempo para evaluar cuáles son tus objetivos actuales y si están alineados con tu esencia.
Estas preguntas pueden servirte de guía:
¿Estoy siguiendo los sueños que realmente me pertenecen, o estoy viviendo según las expectativas de los demás (pareja, familiares, jefe, amistades…)
¿Sientes que tus decisiones las tomas tú sintiéndote libre de ser tal y como eres o quizás hay cierta incomodidad e incoherencia interna, manteniendo contratos (kármicos o lealtades a tu clan familiar, etc.) que te mantienen estancada en una vida de la cuál no estás enamorada?
¿Hay algo en tu vida que adoptaste en un pasado y que a día de hoy ya no te representa pero no te atreves a salir de esa zona segura/conocida?
Alinear tus acciones y decisiones con tus verdaderos deseos te permitirá vivir de manera más auténtica y satisfactoria.
- Busca Apoyo y Comunidad
No subestimes el poder de compartir tu viaje con otras mujeres que estén en situaciones similares.
Los seres humanos somos seres sociales (en menor o mayor medida dependiendo de cada persona). Por lo que todos necesitamos apoyo sobretodo en momentos difíciles de nuestra vida.
Participar en grupos de apoyo, talleres de desarrollo personal o comunidades, son bonitas oportunidades de compartir experiencias, obtener apoyo y sentirte comprendida, ya que podrás comprobar que eso que crees que sólo te pasa a ti o que estás convencida que hay algo mal en ti, en realidad no es así. Experimentar y comprobar que todas nos hemos sentido igual que tú en algún momento o etapa de la vida, te ayudará a comprender que es normal sentir lo que sientes y que, por supuesto, hay salida.
Estas conexiones pueden ser una fuente invaluable de inspiración y motivación. ¡No estás sola!
- Practica la Gratitud y la Autocompasión
Cultivar una actitud de gratitud y autocompasión transforma tu relación contigo misma y cuando tu relación contigo misma es mejor, el mundo se vuelve mejor.
Agradece las pequeñas cosas de la vida y celebra tus logros, por pequeños que sean, como el poder abrir los ojos al despertar y todas aquellas cosas sencillas pero esenciales. Practica la autocompasión reconociendo tus esfuerzos y perdonándote por tus “errores” (incluso esos errores del pasado que perturban tu paz hasta el día de hoy), sabiendo que no hay errores, sólo aprendizajes. Esta actitud positiva te ayudará a mantener una perspectiva equilibrada y a fortalecer tu conexión con tu esencia.
Conclusión
Sea cual sea el punto en el que te encuentres quiero decirte que te admiro, simplemente por ser y por estar, y porque aunque creas que no has hecho nada que sea digno de admiración, aquí estás, leyendo este artículo de desarrollo personal, buscando conectar contigo misma, y no hay mayor regalo en el mundo para ti y para para tus hijos, a quienes ya con esta intención de mejorar y convertirte en la persona que quieres que sean ellos de adultos, estás aportando un valor incalculable.
Conectar con nuestra esencia es un viaje continuo que requiere intención y dedicación y en muchos casos, valor, de ir cada vez un pasito más profundo hasta llegar al núcleo de nuestro ser.
Para las mujeres, y especialmente para las que somos madres, encontrar este equilibrio de vivir conectadas a nuestra esencia mientras acompañamos a los nuestros, es crucial para vivir una vida plena y auténtica. Al dedicar tiempo a la introspección, cultivar la creatividad, practicar el cuidado personal, conectarse con la naturaleza, redefinir metas, buscar apoyo y practicar la gratitud y la autocompasión, puedes redescubrir tu esencia y vivir de manera más consciente y satisfactoria, viviendo la vida que TÚ eliges.
Recuerda que este viaje es único para cada una de nosotras y no hay un camino correcto o incorrecto. Lo importante es que te permitas explorar, crecer y conectar con tu verdadero yo. Tu esencia es el núcleo de tu ser, y mereces vivir una vida que refleje plenamente quién eres.
Hacerlo puede abrirte la puerta a realidades increíbles y maravillosas que ni siquiera ahora imaginas.
Conecta contigo y activa la magia del universo que hay en ti.
